sábado, 22 de marzo de 2014

Con la música a todas partes: Sinfonía del Nuevo Mundo en Heidelberg


Los rincones de Heidelberg se encuentran entre los más fotografiados de Alemania. Se trata de un destino turístico muy visitado. Además de admirar su castillo, el centro histórico y la universidad, la gente acude a su festival de música anual, Primavera de Heidelberg. "Con la música a todas partes” se dirigió allí para asistir a un suculento banquete sonoro conformado por un plato musical único.

La pieza más célebre del catálogo sinfónico del checo Antonin Dvořák es su Novena Sinfonía, del Nuevo Mundo. Roger Norrington, abanderado de las interpretaciones con criterios históricos, nos ofrece una interesante propuesta de esta obra.

Norrington: "Hay que olvidarse de la interpretación"

La filosofía de Norrington sobre cómo debe ser interpretada la música del pasado queda patente en estas palabras del director: “No me gusta pensar demasiado sobre el famoso término ´interpretación´. En la autobiografía de Henschel, que fue director de la Sinfónica de Londres y el primer director de la de Boston, puede leerse: ´En las dos últimas décadas del siglo XIX, no interpretábamos, sino que tocábamos música lo mejor que sabíamos en el estilo que pensábamos que correspondía a cada compositor.´ No creo, por ejemplo, que haya que interpretar una sinfonía de Mozart si se conoce la forma de trabajar de Mozart. Un “andante” siempre es un “andante”, al igual que un “adagio”, un “allegretto” y un “allegro”. Son tempi que no dejan mucho margen a la interpretación. Y, al llegar a Beethoven, hay incluso indicaciones para el metrónomo. En todos los movimientos de cada una de las sinfonías beethovenianas hay una indicación de velocidad, que forma parte de la partitura. Beethoven decía que era muy importante tocar con la velocidad correcta. Así pues, el tempo nos viene dado, así como el tamaño de la orquesta y su disposición. Además, había convenciones sobre cómo frasear y dónde tocar más suave, que uno tiene que aprender. Es como si se hace lasaña. La tuya será ligeramente diferente de la mía, pero seguirá siendo una lasaña. Pero si uno hace lo que quiere, en lugar de lasaña, obtendrá huevos revueltos o cualquier otro plato. Así que lo mejor es conocer las convenciones de la época y olvidarse de la interpretación. Es mucho más sencillo: solo hay que seguir unas cuentas reglas. Algunos directores se ven relegados entonces, preguntándose dónde queda el espacio para su propio arte. ¡Tonterías! Hay que leer lo que Bruckner quería y tocarlo así.”


Antonin Dvořák (1841-1904)
Sinfonía nº 9 Nuevo mundo en Mi menor opus 95
Deutsche Kammerphilharmonie de Bremen


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