martes, 31 de enero de 2012

Música Clásica-Guias visuales España

Guía ilustrada que incluye toda la información que necesita un aficionado a la música clásica.En ella se incluyen todos los datos para conocer la vida y las obras de los grandes compositores de todos los tiempos. Además, ofrece una panorámica de los principales directores de orquesta, los instrumentos y los conceptos musicales básicos.La música clásica es una afición muy extendida. La obra está dirigida al lector no especialista que necesita una guía que le ayude a disfrutar en profundidad de una de las manifestaciones artísticas más delicadas y sensoriales.

sábado, 28 de enero de 2012

Mozart, niño prodigio

Mozart, niño prodigio de la música
Por Donald Culrooss Peattie
Publicado originalmente en abril de 1947
¡Definitivamente el último concierto!... El niño, que aún no tiene años, tocará el clavicordio, ejecutará un concierto para violín y acompañará sinfonías con el teclado cubierto por un lienzo, tan fácilmente como si estuviese viendo las teclas. Dirá cuáles son las notas que se toquen a distancia, tantos aisladas como en conjunto, e improvisará en el clavicordio y el órgano todo el tiempo que se desee.
El año de 1763 un periódico alemán publicaba este aviso anunciando, como fenómenos fe feria, al músico de genio más universal que ha conocido el mundo, Juan Crisóstomo Wolfango Amadeo Mozart. Entre el público de aquel concierto estaba otro muchacho, de catorce años, destinado también a la inmortalidad: Goethe. Años después, el poeta se complacía en evocar la brillante escena en que el niño músico de faz sonriente, peluca empolvada, exquisito traje de raso lila y minúsculo espadín, corría a sentarse en el banco del clavicordio y le arrancaba notas maravillosas en la que ponía su corazón. Nacido con absoluto dominio del tono, del ritmo y de la armonía, Mozart había venido al mundo con un don maravilloso y único. Sólo así se explica que a los cuatro años empezara su aprendizaje de clavicordio (precursor del piano moderno), y que a los cinco, usando un violín casi de juguete que le había regalado su padre, acompañara con toda perfección a éste y a un amigo suyo en seis tríos cuya música no había visto antes. El niño leía y escribía nota antes de conocer bien el abecedario. Las composiciones que escribió a los seis años se reconocen desde los primeros compases como música inconfundible suya, que no podría ser de ningún otro compositor. Llenas de frescura y gracia, de discreción, de firmeza y de elegancia, esas composiciones son la obra de un estilista sin paralelo y de un alma excepcional. Sus dedos y su cerebro estaban dotados de modo igualmente maravilloso. A los diez años dejó atónitos a los holandeses, tocando insuperablemente el órgano más grande y más complicado del mundo. A los catorce fue llevado al Vaticano para que oyese cantar un Miserere largo y difícil, que se guardaba con tanto secreto que a los cantores estaba prohibido copiar la música bajo pena de excomunión. El muchacho absorbió ávidamente nota tras nota del Miserere y, al volver a casa, escribió de memoria la obra entera. Cuando la escuchó por segunda vez se disgustó al descubrir que le habían deslizado tres errores. En vez de excomulgarlo, el Papa lo nombró caballero de la Espuela de Oro. El padre de este prodigio era Leopoldo Mozart, violinista de segunda categoría, maestro de primera clase y vecino de la ciudad de Salzburgo, en Austria. La reverencia que le inspiró siempre el genio de su hijo no le impidió explotarlo. En compañía de la hermana de esté, que era también pianista de talento, paseó al muchacho por toda Europa. Los niños tocaron ante los soberanos de Francia e Inglaterra, y ante la familia imperial de Austria. En esta última ocasión, el muchacho resbaló al atravesar una galería del palacio, se hizo un gran chinchón, y fue consolado por una niña que le ayudó a incorporarse. Para mostrar su gratitud, Mozart ofreció a la chiquilla casarse con ella cuando ambos crecieran. Pero la vida tenía reservado otro destino a María Antonieta.
Ni las duras diligencias, ni los caminos fangosos, ni las míseras posadas, ni las largas y duras horas de viaje lograban agotar la alegría o abatir el humor del muchacho. Era frecuente que el público de sus conciertos, encantado por aquel prodigio, se negase a abandonar los asientos y que el complaciente chiquillo siguiese tocando como en primeras notas de la última sobra las postreras de la anterior, como gotas de una fuente que caen sobre un macizo de flores. Aquella especie de orgía musical continuaba hasta que papá Mozart intervenía para ponerle fin. Entonces caballeros y damas elegantes abrumaban al niño con caricias y aplausos que nunca fueron bastantes a alterar su natural modestia. El producto financiero de aquellas correrías era, sin embargo, invariablemente inferior a los gastos. Los aristocráticos oyentes solían pagar con cajas de rapé, hebillas de zapatos y otras chucherías parecidas. Papá Mozart las recibía haciendo reverencia, y se llevaba a los chiquillos a otro sitio donde pudieran tocar la cena. Papá Leonoldo fue el único maestro de su hijo. Mozart no asistió a ninguna escuela, pero cultivó con gusto todas las ramas del saber. Sentía predilección especial por la aritmética y hacía sumas con tiza en mesas y paredes, fascinado por una ciencia que daba respuestas concretas y exactas. Esta afición es la clave de la justeza, perfección y exactitud de sus composiciones. Pero Mozart era, además de insuperable técnico, espíritu alegre, tierno y amoroso. Por eso es su música tan emocionante como fácil de escuchar.
En los tiempos de Mozart hubo gentes que tacharon algunas obras suyas de “demasiado modernas, demasiado avanzadas”. Hoy, cuando escuchamos por primera vez una pieza de Mozart, nos parece haberla conocido y haber gustado de ella toda la vida. Esta impresión se debe a la profunda influencia que ejerció en la música posterior a él. Beethoven lo estudiaba constantemente, y Haydn rindió a su joven amigo el tributo sincero de la imitación. Chopin estaba profundamente penetrado del espíritu de Mozart y dijo al morir aquello de “tocad a Mozart en memoria mía”. Hasta el orgulloso Wagner se inclinó ante él. En la gozosa gracia que tienen muchos valses de Strauss, y en no pocas de las grandes canciones de Schubert puede percibirse la inspiradora influencia de Mozart.
Le brotaban melodías de los dedos. Solía sentarse en una mecedora y tamborear con los dedos en la rodilla, radiante el rostro del placer creador, hasta que completaba mentalmente en tema y lo garrapateaba en un pedazo de papel. A los catorce años se estrenó en Milán la ópera que acababa de escribir; tomó parte en ella la orquesta más grande de Europa, que Mozart se encargó de dirigir personalmente. A los quince años era ya autor de catorce sinfonías y seis óperas cortas.
Entre los quince y los veintiún años invadió los dominios de la composición musical que presenta las máximas dificultades técnicas. El solo hecho de intentarlo invitaba a la comparación con los maestros de otros tiempos, pero Mozart demostró ser el maestro de todos ellos. Su genio era como una nueva estrella que proyectase sobre la tierra luz más esplendorosa cada año. Obrando con estricta justicia, el emperador de Austria, José II, debiera haberle dado el puesto más distinguido entro los músicos de su corte. Pero no fue así. Influído por la mezquindad de los artistas mercenarios de su séquito, que envidiaban el genio de Mozart, el emperador lo hizo objeto de desdenes y desaires. Músicos rivales impedían que se tocaran las obras de Mozart y más de una vez sobornaron a los ejecutantes para que las estropeasen. No existían entonces de prioridad artística que protegieran los intereses del compositor; una vez conocida, toda pieza musical podía tocarse gratuitamente y hasta ser apropiada por otro autor.La única manera que tenía un compositor de asegurarse la vida era entrar al servicio de una corte o de un personaje acaudalado. Mozart consiguió uno de esos empleos, cuyo sueldo anual equivalía a unos setenta y siete dólares. Su patrono, el arzobispo de Salzburgo, lo hacía comer con los criados y lo trataba despóticamente, creyendo que ése era el mejor medio de mantenerlo en la debida humildad. Mozart dejó el cargo y se estableció en Viena como artista independiente.
Al morir el célebre músico Christoph von Gluck, le dieron a Mozart el cargo de “compositor de cámara” que aquél desempeñaba en la corte, pero solamente le asignaron algo más de la mitad de su pensión. Sin embargo, Mozart agradeció las migajas con humilde alegría, porque se había casado impulsivamente, siendo todavía muy joven, y los hijos empezaron a llegar en seguida. Su esposa se llamaba constancia Weber y era una de las cuatro lindísimas hijas de una familia en que todos eran músicos. Mozart conoció a Constancia cuando ella era joven todavía una risueña chiquilla de trece años y él le hacía la corte a su hermana mayor, Aloysia, que tenía quince años, bellísimo cuerpo y hermosa voz. Aloysa prometió esperar a Mozart, que había ido a París en busca de fortuna. Pero cuando el mozo volvió con las manos vacías, Aloysa había triunfado ya en la ópera. Interrogada años más tarde sobre los motivos que le hicieron desdeñar a Mozart, contestó:”Me pareció que era un hombrecito insignificante”. Constancia se encargó de reanimar el desolado corazón del joven y no tardaron en casarse, desafiando la implacable furia de papá Mozart. Constancia era una rubita, festiva y risueña, que resultaba la compañera ideal para ir de merienda a los bosques de Viena, pero carecía de toda habilidad casera. Mozart vio cómo la pobreza y la maternidad fueron desvaneciendo la alegría de su mujer, y gastó extravagantemente el dinero en pequeños lujos para resucitar la sonrisa infantil que adoraba. Por si esto fuera poco, Constancia no tenía buena salud y sus alumbramientos la ponían al borde de la tumba; cinco de los siete hijos del joven matrimonio murieron en la niñez. Las contrariedades que sufrió Mozart hubieran hecho escribir composiciones de amargo sabor a cualquier otro músico. Pero Mozart nunca llevó el pentagrama los dolores, tristezas y humillaciones de su vida. Cuando peor era ésta, mayores tesoros de valor vertía en su arte; pero ese valor nunca fue desesperado, sino gozoso como el canto de un pájaro. Para poderle pagar al carnicero y alejar de su puerta a los acreedores que, asistidos por la justicia, se llevaban con frecuencia piezas del mobiliario, Mozart daba concierto tras concierto, componiendo una obra nueva para cada uno, y muchas de sus mejores composiciones fueron fruto de breves días de trabajo. Más de una vez, Mozart se vio imposibilitado de practicar a causa del frío húmedo de los inviernos vieneses. En cierta ocasión, un amigo suyo llegó a la casa y encontró al matrimonio bailando furiosamente. La anécdota se ha venido contando como si fuese travesura de bohemios que desafiasen las inclemencias del tiempo valsando alegremente; pero lo cierto es que Constancia y Mozart habían recurrido al baile para que el frío no acábese de paralizarlos. El amigo se apresuró a traerles carbón. El amigo de Mozart a quien más debe el mundo fue un negociante llamado Puchberg, que repetidamente dio pequeñas cantidades al enloquecido músico cuando se encontraba con el agua al cuello. La lectura de las cartas en que Mozart implora ayuda de su amigo suscita la indignación más viva al evocar la imagen de aquel maravilloso genio reducido a la condición de pordiosero. En Praga tuvo fin Mozart la satisfacción de verse comprendido y adorado en vida. Cuando, previamente invitado, acudió a aquella ciudad para dirigir la representación de su ópera cómica Las bodas de Fígaro, que había sido fríamente acogida en Viena, oyó que todo el mundo silbaba trozos de Fígaro en las calles. Durante aquella estancia escribió la magnífica sinfonía de Praga, y no tardó en volver para escribir una ópera dedicada especialmente a aquella ciudad amante de la música. La temporada que pasaron en las montañas de dulce capital de Bohemia fue una de las más dichosas de la vida de Mozart y Constancia. Compuso entonces su Don Juan, que ha sido llamada con frecuencia “la ópera perfecta”. Da Ponte, el poeta autor del libreto, era un alegre bohemio que vivía en la misma estrecha calle en que habitaba el matrimonio de Mozart, y justamente en la casa fronteriza a la suya. De vez en cuando el músico llamaba a gritos al poeta, o el poeta al músico, para que acudieses a oír nuevas escenas. En otras ocasiones, el embelesado vecindario veía a sus dos autores favoritos recorrer la calle cantando alegremente, camino de la taberna adonde iban a compartir una botella de vino. Los admiradores obsequiaban al matrimonio Mozart en todas partes y con tanta frecuencia que al músico la faltaba tiempo para su trabajo. La víspera del estreno, la obertura estaba todavía por escribir. Ya se habían encendido las luces del teatro cuando pusieron a toda prisa los papeles en los atriles de la orquesta. Los músicos tuvieron que tocar a primera vista.
Musicalmente hablando, nunca se habían tenido tan deliciosos efectos cómicos. Pero Don Juan tiene también su parte de tragedia, y prueba que Mozart era un compositor de poder ilimitado y agudo instinto dramático. Los aplausos y las repeticiones convirtieron las tres horas de ópera en seis. El producto de las entradas salvó de la quiebra al dueño del teatro, pero el compositor sólo recibió una reducida –muy reducida- cantidad. A medida que el breve curso de estrella que fue la vida de Mozart se acercaba a las tiniebla perpetuas, parecía correr más velozmente y brillar más deslumbradora. Sus nueve últimas sinfonías, algunas de las cuales no llegaron a tocarse en vida del autor, merecen equiparse a las nueve de Beethoven. He oído con frecuencia desdeñar a Mozart por superficial a gentes que sólo conocen los minuetos y las sonatinas suyas que se enseñan a los niños; pero la verdad es que no puede conocerse a fondo su obra sin descubrir cuánta es su profundidad.
A los treinta y cinco años compuso, a pesar de encontrarse muy enfermo en Viena, la famosa ópera de hadas, La flauta mágica, que está llena de maravillosas melodías. Cierto empresario tronado la estrenó en un teatro casi ruinoso. Corrió la voz, y Viena toda acudió a oír la ópera. El empresario ganó tanto dinero que construyó otro teatro. Pero Mozart cayó víctima de una fiebre tifoidea y no pudo asistir a las representaciones; desde su lecho decía, mirando al reloj: “Ahora se levanta el telón”. “Ahora pasan sin quemarse a través de las llamas, al conjuro de la flauta mágica”. Pocos meses antes, Mozart había recibido la visita de un desconocido que, en nombre de su señor, le encargó una Misa de Réquiem para voces de hombre y mujer. La Misa estaba destinada a honrar la memoria de la difunta esposa del seño, cuyo nombre no quiso revelar el desconocido. Hoy es cosa sabida que se trataba del Conde de Walsegg, personaje aficionado a encargar en secreto obras musicales que luego hacía ejecutar como propias. Muchas interrupciones impideron que Mozart entregase la obra. El desconocido mensajero se presentaba a intervalos para apremiar al compositor. Mozart empezó a tener delirios, e imaginó que el emisario venía del otro mundo y que aquel Réquiem estaba destinado a su propio funeral. Bajo el dominio de la fiebre se esforzó valerosamente por terminarlo. Con fuerza aterradora del Réquiem expresa los hondos gemidos de la aflicción y el tembloroso arrepentimiento, las ansias de inmortalidad que tiene el hombre y, al final, la voz clara y serena de la fe. En su lecho de muerte, rodeado de algunos amigos íntimos, Mozart dictó con labios trémulos las notas de la trompeta del Juicio Final que suenan en el Réquiem. Unos pocos amigos acudieron, desdeñando la tormenta que se avecinaba, a oír la breve misa que se rezó ante el féretro de Mozart. Cuando salieron para el cementerio, los relámpagos iluminaron el cielo, la lluvia cayó a torrentes y el viento se desató feroz. Acoquinados por la furia de los elementos, los amigos se devolvieron y el carro fúnebre siguió su camino. En una fosa cavada junto a las de vagabundos y mesalinas quedó la frágil forma que había albergado uno de los talentos musicales más grandes que han existido. Mozart triunfó de la injusticia, la enfermedad, las deudas y la misma muerte. En vez de dejarse vencer por las cosas innobles y espantosas del mundo, entonó un cántico en que vibra el gozo de vivir.
Soñar no cuesta nada... Es como olvidar viejos recuerdos, es como hacer que nada de esto sucedió y es como volver a empezar de nuevo… Como si fuera fácil. Desde que inicie este nuevo año e tenido una idea que ha ido dando vueltas por mi cabeza, no tengo una razón certera del porque pero cada día toma mas fuerza es entonces en esos momentos donde me pongo a pensar (meditar) y luego digo: “Deja las cosas así, no hagas nada”. Puedes creer, pensar, soñar, querer, sentir, imaginar, dudar, enamorarte e ilusionarte pero nada cambiara la realidad cuando esa persona que creías que te quería ya te olvido y te remplazo por alguien mucho mejor. Me cuestiono el por qué volviste aparecer con fuerza en estos últimos días.Y hoy te extraño... Te pienso en mis tristezas, porque son en esos días donde dueles más. Porque quisiera tener a alguien con quien compartir mis penas y mis alegrías. Podías entenderme como ninguna otra persona lo ha hecho hasta el día de hoy, había días donde me motivabas a seguir mejorando y yo lo hacía gustosamente porque quería demostrarte que si lo quería hacer y que ese conjunto de palabras “no puedo” no existía en mi vocabulario. A veces... Hay un pequeño dolor corriendo en mi interior, me hace suspirar, me hace dudar y me hace pensar en ti otra vez. Ni yo mismo me entiendo porque cuando te pienso, siento que te quiero. A veces te busco tontamente en mis sueños. Que iluso. Como si pudiera encontrarte ahí. A veces me olvido que te fuiste y que ya no volverás. A veces las noches de soledad me recuerdan las tantas veces que me acompañaste y que ya no estarás nunca más aquí. Sí algún día Sí algún día regresas a mi vida, te diré que te extrañe y mucho. Y sí algún día nuestras vidas se unen otra vez, te diré que me arrepentí mucho en esos días de no tenerte a mi lado. Pero si algún día me vez, te diré que he aprendido a vivir sin ti. También te diré que las ganas de cambiar no solo se han quedado en ganas, si no que he cambiado. Si algún día preguntas por mí, no dudes en llamar, estaría feliz de escuchar tu voz y recordarte un poco."La cita a ciegas" Sábado por la tarde diez minutos antes de las cinco. Me encontraba parado frente a la puerta de la catedral esperando que mi cita a ciegas llegase.

viernes, 27 de enero de 2012

Jan Lisiecki - F. Chopin - Waltz Op. 64 No. 2


Vals en Do sostenido menor es la segunda obra de Chopin 's opus 64 y el compañero del Vals Minuto (Op. 64, No. 1), dedicó este vals a la señora Nathaniel de Rothschild. Es un vals de Frederic Chopin. Este vals combina la técnica con una melodía muy hermosa. La estructura de esta obra es A B C B A B, consta de tres partes muy diferenciadas con melodías diferentes que se alternan durante la obra. Chopin pertenece al romanticismo, en la música este movimiento se caracterizaba por unas melodías que invitaban al anhelo y a la reflexión. La música pianística se caracteriza por tener mucha libertad en cuanto a la interpretación, permitiendo adornos, cambios de tempo y rubatos durante toda la obra. Esto se traduce en obras muy dinámicas que aceleran y deceleran el tempo a gusto del interprete.

Tres Valses Op. 64, para piano (1846-47)
N.º 1 en Re bemol mayor, Molto vivace
N.º 2 en Do sostenido menor, Tempo giusto
N.º 3 en La bemol mayor, Moderato

sábado, 21 de enero de 2012

Julian Rachlin & Friends 2011, Dubrovnik


Julian Rachlin (nacido el 8 de diciembre de 1974) es un lituano. Julian Rachlin, el solista más joven que ha tocado con la Orquesta Filarmónica de Viena, toca el violín y la viola en el Teatro Olimpico de Roma. Nacido en Vilnius , emigró en 1978 con sus padres músicos en Austria. En 1983, entró en el Conservatorio de Viena y estudió violín en la tradición soviética con Boris Kuschnir, mientras que también recibio clases particulares de Pinchas Zukerman. Su carrera como niño prodigio comenzó con su primer concierto público en 1984. En 1988, se llevó el título de Eurovisión Joven Músico del Año, que le llevó a ser invitado a participar en el Festival de Berlín con el conductor Lorin Maazel y su cada vez más joven solista en jugar con la Filarmónica de Viena , bajo la dirección de Riccardo Muti .

viernes, 20 de enero de 2012

Beethoven: Sinfonie n. 9, Allegro ma non troppo


La Sinfonía n.º 9 Op. 125 en re menor es la última sinfonía completa del compositor alemán Ludwig van Beethoven. Es una de las obras más trascendentales, importantes y popular en toda la música clásica, y también de toda la música y del arte. Su último movimiento es un final coral sorprendentemente inusual en su época que se ha convertido en símbolo de la libertad. Precisamente, una adaptación de la sinfonía, realizada por Herbert von Karajan es, desde 1972, el himno de la Unión Europea (UE). También destaca por ser la única composición musical de la historia declarada patrimonio de la humanidad por la Unesco. En 1817 la sociedad filarmónica de Londres encargó la composición de la sinfonía. Beethoven comenzó a componerla en 1818 y finalizó su composición a principios de 1824. Sin embargo, tanto la parte coral como las notas de la sinfonía disponen de fuentes para datarlas en un momento temprano en la carrera de Beethoven. El poema de Friedrich Schiller An die Freude (noviembre 1785), traducido como A la Alegría, y conocido como Oda a la alegría que Schiller publicó en 1786 en la primera versión y 1808 postumo en la versión definitiva (classica), provocó en Beethoven la intención de musicalizarlo ya desde 1793 cuando tenía 22 años. La introducción a la parte vocal de la sinfonía provocó varios problemas a Beethoven. Sobre esto el amigo de y biógrafo de Beethoven Anton Schindler escribió: Cuando empezó a componer el cuarto movimiento la lucha comenzó como nunca antes. El objetivo fue encontrar un modo correcto de introducir la oda de Schiller. Un día Beethoven entró a un cuarto y gritó:'¡Lo tengo, ya lo tengo!', entonces me mostró el cuadernillo con las palabras Déjenos cantar la oda del inmortal Schiller .Sin embargo, Beethoven nunca mantuvo esta versión, siguió reescribiendo hasta llegar a la forma final, con las palabras: "O Freunde, nicht diese Töne". El movimiento cultural Sturm und Drang (tempestad y emoción), en las décadas finales de siglo supone la disolución de las formas cortesanas acentuando la libertad y el sentimiento y rechazando el racionalismo riguroso, anticipa lo que será el romanticismo. Beethoven encarna el tránsito del estilo clásico al estilo romántico rompiendo el esquema cerrado de las formas musicales para adaptarlas a esta incipiente libertad individual. Es uno de los primeros músicos que viven de lo que venden componiendo, algo que comenzó a hacer Mozart, creando un precedente en el oficio de compositor, despegándose del mecenazgo al que están sometidos otros músicos como Haydn. Estreno Beethoven estaba ansioso por estrenar su trabajo en Berlin tan pronto como fuera posible luego de terminarlo, dado que pensó que el gusto musical en Viena estaba dominado por compositores italianos como Rossini. Cuando sus amigos y financistas oyeron eso, le motivaron a estrenar la sinfonía en la misma Viena. Teatro de la Corte Imperia(Kärntnertortheater), Viena. El estreno de la novena sinfonía fue diez años después de la Octava, el 7 de mayo de 1824 en el Kärntnertortheater de Viena, junto con la obertura de Die Weihe des Hauses y las tres primeras partes de la Missa Solemnis. Esta fue la primera aparición en escena de Beethoven después de doce años; la sala estuvo llena. Nadie quiso perderse el estreno de la sinfonía y de la que se presumía sería la última aparición pública del genio alemán, y efectivamente así fue: en los tres años siguientes, se recluyó en casa aquejado de diversas enfermedades que lo postraron hasta su muerte. Las partes de soprano y alto fueron interpretadas por las jóvenes y famosas: Henriette Sontag y Caroline Unger. Aunque la interpretación fue oficialmente dirigida por Michael Umlauf, maestro de capilla, él y Beethoven compartieron el escenario. El público terminó encantado, ovacionando a los músicos. Sin embargo la actuación del 23 de mayo en la sala de la fortaleza no tuvo gran asistencia.

miércoles, 18 de enero de 2012

14th International Henryk Wieniawski Violin Competition.



El internacional Henryk Wieniawski Violin Competition es un concurso de violinistas de hasta 30 años de edad que se lleva a cabo cada cinco años en Poznan , Polonia , en honor al virtuoso y compositor Henryk Wieniawski. El primer concurso tuvo lugar en 1935 en Varsovia , 100 años después del nacimiento de su patrón, y constaba de dos etapas. El segundo, después de un intervalo de 17 años en 1952, y los acontecimientos posteriores se llevaron a cabo en Poznan, en tres etapas.En 2001 se decidió que la competencia a partir de ahora se llevará a cabo en cuatro etapas. 14a Internacional Henryk Wieniawski Violin Competition, se llevará a cabo el 8 hasta 23 oct 2011.

viernes, 13 de enero de 2012

Stefi Geyer

Stefi Geyer (28 de junio de 1888, Budapest - 11 de diciembre de 1956, Zúrich) fue una violinista húngara.Era la hija de Josef Geyer, un médico de la policía que tocaba el violín. Cuando tenía 3 años empezó a tocar el violín, con resultados notables para alguien que nunca había tocado. Posteriormente estudió con Jenő Hubay. Béla Bartók y Othmar Schoeck, ambos enamorados de ella, escribieron conciertos para violín para Stefi. El Concierto para violín nº 1 fue publicado después de que él y Geyer habían muerto.Su primer matrimonio fue con el abogado vienés Erwin Jung. Murió durante la epidemia de gripe de la Primera Guerra Mundial. En 1920 se casó con el compositor suizo Walter Schulthess. Se trasladó a Zúrich, donde dio conciertos e immpartió clases en el conservatorio de 1934 a 1953. Ella dio clase a numerosos músicos, entre ellos el compositor Klaus Huber.

miércoles, 11 de enero de 2012

Concierto piano y orquesta n 1. Chopin - 3 _4 - Concierto Navidad


Iván Martín se gradúa con honores en 1996 en el Harid Conservatory de Florida (USA). Posteriormente recibe el premio Fulbright para cursar estudios superiores en la prestigiosa escuela neoyorquina “The Juilliard School” bajo la tutela de Heidi Castleman.
Desde 1994 Iván Martín ha realizado numerosos recitales y conciertos de cámara en más de 25 paises. Desde 1998 solista de la Orquesta de la Comunidad de Madrid y de la Orquesta de Camara de España, En 1999 crea la sociedad de cámara Sartory Cámara con la que realiza una amplia labor en España. En la actualidad es miembro integrante del grupo de música contemporánea Ensemble Madrid y del Cuarteto Bretón con el que ha grabado toda la música de cámara de R. Halffter para el sello Naxos, interpretando como solista con la Orquesta Sinfónica de Tenerife, estrenando la Opera de Cámara de A. Charles “La Cuzzoni”, ha grabado también para Warner Music y en la actualidad está grabando los cuartetos de A. Aracil (sello VERSO).
Así mismo, Ivan Martin colabora asiduamente como viola principal en: Orquesta Andrés Segovia, Camerata de España y Orquesta de Cámara de Castilla la Mancha. Ha sido miembro de la Orquesta de Cadaqués y el grupo barroco Zarabanda. Ha participado en diversas ocasiones con orquestas como: Orquesta Nacional de España, Radio Televisión Española, Florida Philharmonic, Orquesta de Gran Canaria y como Solista de la Orquesta Sinfónica de Castilla y León. Iván Martín se gradúa con honores en 1996 en el Harid Conservatory de Florida (USA). Posteriormente recibe el premio Fulbright para cursar estudios superiores en la prestigiosa escuela neoyorquina “The Juilliard School” bajo la tutela de Heidi Castleman.
Desde 1994 Iván Martín ha realizado numerosos recitales y conciertos de cámara en más de 25 paises. Desde 1998 solista de la Orquesta de la Comunidad de Madrid, En 1999 crea la sociedad de cámara Sartory Cámara con la que realiza una amplia labor en España, Argentina, Chile, Panamá y Uruguay. En la actualidad es miembro integrante del Cuarteto Bretón con el que ha grabado toda la música de cámara de R. Halffter para el sello Naxos, interpretando como solista con la Orquesta Sinfónica de Tenerife, estrenando la Opera de Cámara de A. Charles “La Cuzzoni”, ha grabado también para Warner Music y Deutsche Grammophon y en la actualidad está grabando los cuartetos de A. Aracil (sello VERSO). Así mismo, Ivan Martin colabora asiduamente como viola principal en: Orquesta Andrés Segovia, Camerata de España y Orquesta de Cámara de Castilla la Mancha. Ha sido miembro de la Orquesta de Cadaqués, el grupo barroco Zarabanda y la agrupación Ensamble Madrid. Ha participado en diversas ocasiones con orquestas como: Orquesta Nacional de España, Radio Televisión Española, Florida Philharmonic, Orquesta de Gran Canaria y comoSolista de la Orquesta Sinfónica de Castilla y León.

martes, 10 de enero de 2012

Alina Pogostkina

Alina Pogostkina (nacido en Leningrado , 18 de noviembre de 1983) es una Violinista rusa de origen alemán. La hija de dos violinistas profesionales, Pogostkina comenzó a tocar el violín a la edad de cuatro años y rápidamente se mostró tener un talento excepcional. Ella le dio su primer concierto a la edad de cinco años.En 1992, la familia se mudó a Heidelberg , Alemania, donde Alina tenia ocho años de edad. Sus padres al principio tuvieron que ganarse la vida como músicos callejeros. Pogostkina ha competido con éxito en varios concursos internacionales de violín. En 2005 ganó el primer premio en el IX Concurso Internacional de Violín Jean Sibelius en Helsinki, así como un premio especial a la mejor interpretación del Concierto para violín de Sibelius. En el momento de su victoria en el concurso Sibelius, Pogostkina estaba estudiando en la Academia de Música Hanns Eisler de Berlín, Actualmente vive en Berlín . Alina Pogostkina ha actuado con muchas de las orquestas más importantes del mundo. En el momento de la competencia Sibelius toco un violín moderno, pero en la actualidad toca un Stradivarius de la Deutsche Stiftung Musikleben.

lunes, 9 de enero de 2012

J. D. Heinichen: Concerto Grande in C minor (Seibel 240) - [incomplete] ...


Nacio el 17 de abril 1683 - Krössuln [Crosslin], Sajonia-Anhalt, Alemania ,Murió: 16 de julio 1729 - Dresde , Sajonia, Alemania. Johann David Heinichen fue un compositor barroco alemán y teórico de la música que trajo el genio musical de Venecia a la corte de Augusto el Fuerte en Dresde . Aunque la música Heinichen es original, exuberante rítmica e imaginativa, que fue inexplicablemente poco conocida durante mucho tiempo. Johann David Heinichen nació en el pequeño pueblo de Krössuln, cerca de Weißenfels. Su padre Michael Heinichen había estudiado música en el célebre Thomasschule Leipzig relacionados con la Thomaskirche, se desempeñó como Kantor en Pegau y era pastor de la iglesia del pueblo en Krössuln. Johann era al parecer un niño superdotado, él afirmó que había compuesto y dirigido la música sacra en las iglesias locales antes de la edad de 12 años. In 1695 . En 1695, Johann David también asistió Thomasschule Leipzig. Allí estudió música con Johann Schelle y más tarde recibió lecciones de órgano y clavecín con Johann Kuhnau . El futuro compositor Christoph Graupner también fue alumno de J. Kuhnau en el momento. JD Heinichen matriculados en 1702 a estudiar Derecho en la Universidad de Leipzig y en 1705-06 el título de abogado (de principios del siglo 18 de la ley era una ruta favorable para los compositores, J. Kuhnau , C. Graupner y Georg Philipp Telemann fueron también a los abogados). Después de terminar sus estudios, se trasladó a JD Heinichen Weißenfels , donde ejerció como abogado hasta 1709. Sin embargo, la ley parece poco atractivo lugar para JD Heinichen, comenzó a componer música con asiduidad para la corte el duque Johann Georg, y en 1709 renunció a toda la ley y se trasladó a Leipzig a escribir para el teatro de la ópera allí. En 1710, publicó la primera edición de su gran tratado sobre el bajo continuo. JD Heinichen tuvo bastante éxito en Leipzig , pero decidió que tenía que aprender a escribir de primera mano la ópera italiana, y de repente dejó de Leipzig de Venecia en 1710. Que pasó en Italia siete años de formación que, en su mayoría en Venecia. Conoció a numerosos compositores de esa ciudad, incluyendo Antonio Vivaldi , y al parecer tomó el estilo italiano de forma rápida, por escrito dos óperas de éxito para el Teatro S Angelo. En 1717, JD Heinichen se convirtió en un compañero de JS Bach en la corte del príncipe Leopoldo de Anhalt- Köthen. Su fama se extendió por todo el camino hasta el príncipe elector de Sajonia, Augusto II, en Dresde. Augusto contratado JD Heinichen a compartir las tareas de maestro de capilla con Johann Christoph Schmidt en su corte en 1717. JD Heinichen pasó el resto de su vida allí. Corte de Augusto II fue una situación ideal para un compositor. Se contó con la mayor orquesta en Europa, por la que decenas de compositores (como A. Vivaldi , Telemann GP , y Albinoni Tomaso ) en forma espontánea escribió concerti, sino que emplean numerosos otros eminentes compositores, como Johann Joachim Quantz , Francesco Veracini, y Jan Dismas Zelenka ; y tenía un cliente que estaba decidido a mantener la reproducción de música. Aparte de una riña desastrosa en la compañía de ópera italiana entre Heinichen y el Senesino cantantes y Berselli, que finalmente resultó en la disolución de la sociedad, la tenencia de JD Heinichen fue pacífica y productiva. Él sólo escribió una ópera allí, pero escribió mucho la música vocal instrumental y sagrado, que combina elementos de los estilos italiano, francés y alemán en un reconocible estilo coherente, personal. Su música se deleita con los colores instrumentales del Dresde orquesta puede crear, y se mueve a lo largo de la primavera espléndida ritmo y vigor. Si su música es en ocasiones demasiado extrovertido, es un exceso perdonable . Mientras estaba en Dresde , JD Heinichen también tuvieron la oportunidad de volver a escribir su tratado Der general-Bass in der Composición ( Dresde , 1728), que ofrece mucho más que su título podría indicar, sino que es un manual para la composición, un análisis de la adecuada expresión de los afectos en la música, y un compendio de notas al pie y digresiones que suenan como un profesor impaciente instruir a sus estudiantes. Fue uno de los textos más respetados de su tiempo, y todavía es utilizado por los estudiosos que buscan una mejor comprensión de la práctica interpretativa del Barroco.Sus alumnos incluidos Johann Georg Pisendel . En 1721, JD Heinichen casó en Weißenfels y el nacimiento de su único hijo se registra en enero de 1723. En sus últimos años la salud Heinichen sufrió mucho y en la tarde del 16 de julio de 1729, fue enterrado en el cementerio de Johannes después de sucumbir a la tuberculosis. A pesar de Johann David Heinichen era bien conocido y respetado tanto como teórico y como compositor durante su vida, su nombre no habría sido reconocido por la mayoría de los oyentes de música clásica hasta el erudito / conductor Reinhard Goebel comenzó la defensa de su música durante la década de 1990. Desde entonces, los oyentes más y más se han familiarizado con alegre Heinichen, la música colorida, con encanto. Su música está disfrutando de un resurgimiento de la popularidad, con algunos de sus masas y su última obra, un Magnificat, recibiendo cierta atención en el mundo de la grabación.

sábado, 7 de enero de 2012

El Cascanueces: Fantasía, música y danza.

El Cascanueces se ha convertido en una pieza obligada de la época decembrina —pues la historia tiene lugar en la víspera de Navidad— y es una obra de arte en toda la extensión de la palabra. En ella se integran la literatura, en el libreto que adaptó Alejandro Dumas —padre— del cuento escrito por Hoffmann en 1816; la música, encargada a Tchaikovski en 1891, y las artes escénicas: la coreografía, solicitada a Marius Petipa, quien, por cuestiones de salud, permitió que su discípulo Lev Ivanov completara la creación. Pero vayamos por partes y en orden. La historia de E. T. A. Hoffmann es más compleja de lo que se muestra en el ballet: la historia comienza en vísperas de Navidad, pero no transcurre en una sola noche. Hay muchos invitados a la fiesta en casa del gobernador Shtalbaun, entre ellos Drosselmeyer, quien regala a su ahijada María un muñeco: el Cascanueces.

El Cascanueces y el rey de los ratones

En «El Cascanueces y el rey de los ratones», el cuento original, el autor emplea una tercera parte de su obra para relatar cómo, en la conjunción de los astros, los sabios supieron que Cascanueces —que en realidad era Nataniel, el hijo de Drosselmeyer, aunque feo y contrahecho por la maldición de la Dama Ratona— llegaría a ser príncipe y rey cuando se hiciera amar por una bella mujer. Por la noche, María se va a dormir con su muñeco y vive una aventura fascinante: Cascanueces cobra vida, lo mismo que el resto de los juguetes, y se enfrentan en una gran batalla contra los ratones comandados por su rey.

La adaptación de Dumas

La necesidad de simplificar la historia para adaptarla al ballet llevó a Alejandro Dumas a eliminar una gran parte del cuento original, y a modificar ciertas situaciones; por ejemplo, da a la heroína el nombre de Clara —que en el libro es una de la muñecas de María— y adapta la historia para ser representada en dos actos y cinco escenas. La primera escena es la víspera de Navidad. Drosselmeyer, el padrino de Clara, es un mago y presenta una función de marionetas. Los niños juegan y Fritz rompe el muñeco que le habían regalado a su hermana. En la siguiente escena ha anochecido, la sala donde se encuentra el árbol navideño adquiere un aire misterioso y Clara, al regresar en busca de Cascanueces, advierte que éste y los otros muñecos han cobrado vida y entablan una batalla contra el Rey de los ratones y su ejército; la joven, en un impulso, ahuyenta a los ratones lanzándoles uno de sus zapatos, y entonces descubre que Cascanueces es un príncipe. En la tercera escena la habitación se convierte en un bosque invernal. Ya en el segundo acto, en la escena cuatro, Clara y el príncipe inician un viaje a la cima del árbol, donde hay una nueva batalla contra los ratones, en la que Cascanueces es el vencedor. Ambos visitan el Reino de las Nieves, el de las Golosinas y el Río de la Limonada, donde el Hada del Azúcar baila para ellos, se oye la característica celesta1 y se les presentan danzas de distintas partes del mundo: la danza árabe, la china, la rusa «Trépak» y la danza de los mirlitones. La cereza de las danzas es el «Vals de las flores» creado al más puro estilo de los Strauss. Tras vencer al Rey de los ratones, María y Cascanueces viajan al País de los Dulces donde se encontrarán con el Hada del Azúcar y con el Hada de las Flores. María promete a Cascanueces que lo amará siempre a pesar de su fealdad. Un año y un día después, se rompe el hechizo, Cascanueces regresa convertido en rey de las muñecas y pide la mano de María.

Schubert en el parque de Viena saluda a unas jóvenes alumnas de piano

Como es de suponer, en estos años Schubert no se dedicó sólo al teatro, en 1821 esbozó y casi terminó su Séptima sinfonía (que fue más tarde completada por el director de orquesta Weingartner), y entre finales de 1822 y comienzos de 1823 escribió dos movimientos, allegro y andante, de una nueva sinfonía: la Octava. Un amplio movimiento, scherzo, quedó ampliamente esbozado y finalmente el trabajo fue abandonado; se trata de la Sinfonía Inacabada, que se estrenó en Viena el 17 de diciembre de 1865 y ha conquistado la más amplia popularidad. También de 1823 es la Sonata para piano en la menor en tres movimientos, una obra concisa y concentrada en la misma línea creativa de la Inacabada.

viernes, 6 de enero de 2012

El cuarteto Amar en Matiné. En programa, obras de Haydn, Webern y Mendelssohn.

Dentro de la Matiné de este sábado a las 12.00 horas, podremos escuchar el concierto celebrado el pasado 24 de enero de 2010 en la iglesia alemana de Montreux, en Suiza. El Cuarteto Amar interpreta: el Cuarteto en Mi Bemol Mayor, hob. 3, de Franz Joseph Haydn; 6 Bagatelas para Cuarteto de Cuerda, de Anton Webern; y el Cuarteto número 6 en fa menor, de Felix Mendelssohn.

martes, 3 de enero de 2012

Violinist Gil Shaham for Beethoven Violin Concerto Finale, San Diego Sym...



Éxito y sufrimiento

Beethoven hacia 1804, en la época de la Sonata Appassionata y de Fidelio. Decidido a «agarrar el destino por el cuello», compuso en el periodo de 1802 a 1812 una serie de obras brillantes y enérgicas características de su estilo «heroico».Muy pronto, Beethoven dejó de necesitar los conciertos y recitales en los salones de la corte para sobrevivir. Los editores se disputaban sus obras; además, la aristocracia austriaca, quizás avergonzada por la muerte de Wolfgang Amadeus Mozart en la pobreza, le asignó una pensión anual. Debido a la pérdida de sus capacidades auditivas, se entregó a una febril actividad creadora, y, a la par, sufrió penalidades personales producidas por dos desengaños amorosos. No llegó a casarse nunca, pero se le atribuyen varios romances, sobre todo entre damas de la nobleza. Antonie von Birkenstock, casada con el banquero alemán Franz Brentano, fue uno de los grandes amores de su vida.
Entre 1804 y 1807, estuvo enamorado de la joven y bella condesa Josephine Brunswick, viuda de Joseph Graf Deym. Su amor era correspondido por parte de la condesa pero este no pudo concretarse debido a las rígidas restricciones sociales de la época y la estricta separación entre la nobleza y el vulgo, por lo que la relación cesó. Durante este período, Beethoven había terminado Leonore, su única ópera. Compuso hasta cuatro oberturas diferentes y finalmente cambió el nombre de dicha ópera a Fidelio, en contra de sus deseos. El 20 de noviembre de 1805 fue la fecha de la primera representación, que tuvo poca afluencia de público, ya que esa misma semana las tropas de Napoleón habían entrado por primera vez en Viena. En los años siguientes, Beethoven incrementó su actividad creadora y compuso muchas obras, entre ellas la Quinta Sinfonía, la Sinfonía Pastoral, la Obertura Coriolano y la bagatela para piano Para Elisa. Sus apariciones en público eran cada vez más infrecuentes. El 22 de diciembre de 1808 Beethoven dio uno de sus últimos conciertos en vivo, en una larga jornada que incluyó el estreno de la Fantasía para piano, orquesta y coro Op. 80, las sinfonías Quinta y Sexta, el Concierto para piano n.º 4 Op. 58, el aria Ah perfido! y tres movimientos de la Misa en do mayor Op. 86. Tuvo como alumno al archiduque Johann Joseph Rainer Rudolph, hermano del emperador, y eventualmente se convirtió también en su más grande benefactor. En 1809, Beethoven no estaba conforme con su situación en Viena, especialmente bajo el aspecto económico. Entonces se planteó la invitación de Jerónimo Bonaparte, para dejar Viena y trasladarse a Holanda. Su vieja amiga la condesa Anna Marie Erdödy, logró convencer a Beethoven para que se mantuviera en Viena con la ayuda de sus más ricos admiradores, entre los que se encontraban el archiduque Rudolf, el príncipe Lobkowitz y el príncipe Kinsky, que ofrecieron a Beethoven una pensión anual de 4.000 florines, lo que le permitió vivir sin preocupaciones económicas. La única condición que le pusieron fue no abandonar la ciudad de Viena, condición aceptada por el compositor. Dicha pensión lo convirtió en el primer artista y compositor independiente de la historia, ya que anteriormente los músicos y compositores (Bach, Haydn y Mozart incluidos) eran sirvientes en las casas de la aristocracia, formando parte de su personal doméstico y componiendo e interpretando según sus amos les pedían. En cambio, las condiciones del arreglo al que llegó Beethoven con sus benefactores daban libertad al compositor de componer lo que él quisiera, bajo demanda o no, y cuando él quisiera.

lunes, 2 de enero de 2012

Concierto de ano Nuevo 2012 desde viena Director Mariss Jansons Video 3


El gran compositor austriaco Johann Strauss (1825 - 1899), nació en Viena y fue el miembro más brillante de una familia de músicos que tuvo que tomar clases de violín y armonía en secreto, dado que su padre, quizá por celos o porque se convirtiera en su rival, le prohibió dedicarse a la música. A los 17 años cuando su padre abandono la familia, se dedico de lleno su gran pasión y vocación. Strauss hijo elevó la categoría del vals, un género musical que ya era popular en distintos países de Europa, componiendo casi 500 valses.

Johann Strauss: El Danubio Azul


El más conocido fue " El Danubio Azul" el cual se estreno el 13 de febrero de 1867, convirtiéndose en una de las piezas musicales más famosas del mundo.
Los versos que acompañan la composición fueron creados por Joseph Weyl, un policía amigo de Strauss, el cual hacía referencia al sistema de iluminación de la ciudad y no mencionaban para nada al Danubio. Tal vez por la falta de encanto de la letra, la música tampoco despertó entusiasmo en el público y fue olvidada. Pero en 1867 se le encargó a Strauss escribir algo para una exposición en París, y cuentan que como tenía poco tiempo, desempolvó la composición convertida en pieza orquestal y obtuvo un enorme éxito. En los meses siguientes se vendieron cien mil copias de la partitura y la obra se consagró bajo el nombre de "El bello Danubio azul", a pesar de que el río junto a Viena es de color entre gris y marrón. Pero la música se impuso sobre la realidad y el vals evoca un paisaje luminoso e indiscutible.
Sus composiciones captaron la admiración de eminentes compositores coetáneos, como Johannes Brahms al que le unía una gran amistad. Falleció de neumonía en su ciudad natal a la edad de 73 años.