viernes, 28 de diciembre de 2012

Un ballet para Valentino


El genial diseñador creará el vestuario para tres piezas del New York City Ballet


Parece que el ballet es el nuevo refugio de los diseñadores, el lugar donde tomarse un respiro de la vorágine de las pasarelas para crear delicadísimas piezas destinadas a volar sobre el cuerpo de baile. Si hace pocos días hablábamos del vestuario que las hermanas Mulleavy –diseñadoras de la firma Rodarte– habían creado para una pieza de Benjamin Millepied, hoy nos llega la noticia de que Valentino Garavani, cuya firma cumple este año medio siglo, hará lo propio para el New York City Ballet.
Pero no para cualquiera de las obras que representa la compañía, sino para una especial y única que sólo se representará el próximo 20 de septiembre, con motivo de la gala de Otoño, que precisamente rendirá homenaje al genial creador italiano por su aniversario. Valentino creará trajes para tres piezas distintas: Eugene Onegin, de Tschaikovsky, y dos pieces d´ocassion creadas en 1998 para el American Music Festival, Sophisticated Lady, que está montada con música de Duke Ellington, y Not My Girl, con música de Fred Astaire. Además, también como tributo a la segunda firma del diseñador, Valentino Red, NYCB representará Rubies, de George Balanchine, que está montada sobre la pieza Capriccio for Piano and Orchestra de Igor Stravinsky, con escenografía de Peter Harvey, vestuario de Karinska e iluminación de Mark Stanley.Los anfitriones de la gala serán Maria Bartiromo, Pamela J. Joyner y Sarah Jessica Parker, miembros todos ellos del comité del NYCB, y Giancarlo Giammetti, socio de Valentino desde hace varias décadas.No es la primera vez que Valentino se involucra en el diseño de un vestuario de ballet, ya que en 2009 ya creó varias piezas para el Ballet de Viena

El Concierto de Año Nuevo rendirá tributo a Wagner y Verdi



El austriaco Franz Welser-Möst explica las claves del concierto que dirigirá por segunda vez
El bicentenario de los dos grandes compositores se cuela en el programa

Como no es algo habitual cumplir 200 años, y menos si se trata de dos de los grandes pilares de la historia de la ópera, el próximo Concierto de Año Nuevo saldrá de su habitual encasillamiento y rendirá tributo a Richard Wagner y Giuseppe Verdi. El austriaco Franz Welser-Möst (director de la Cleveland Orchestra y de la Viena Staatsoper), que dirigirá a la Filarmónica de Viena en tan señalada fecha por segunda vez en tres años, ha desvelado en conversación con EL PAÍS algunas de las claves del concierto. “Habrá un montón de piezas nuevas, esta vez especialmente de Joseph Strauss. Abordaremos nueve de sus piezas que nunca se habían tocado aquí. Y, por supuesto, rendiremos tributo a Richard Wagner y a Giuseppe Verdi en el año de su aniversario”.
Como manda la tradición, la orquesta repasará en la primera parte del concierto algunas piezas que guardan relación con la biografía del director. Entre ellas, un vals que Strauss dedicó a su mujer (que se llamaba Angelika, como la de Welser-Möst) y otro vals que nunca se ha tocado y que se llama Aus den Bergen (Desde las montañas). “Y yo soy un gran montañista”, señala el director austriaco, de 52 años. Así que todo encaja.
El acercamiento a Wagner y a Verdi se produce de diferentes maneras. La primera relación, recuerda Wlser-Möst, la establece la Johann Strauss Kapelle, “que tocó la primera nota del compositor que sonó en Viena”. Pero este año, la orquesta interpretará también el Preludio del tercer acto de Lohengrin para recordar al compositor germánico. El último bloque del concierto tiene más que ver con Verdi. La música contendrá constantes referencias a Italia, dice el director, y se interpretará un fragmento de Don Carlo.



lunes, 24 de diciembre de 2012

El pianista del Gueto de Varsovia. Wladyslaw Szpilman

"Comencé mi carrera como pianista de guerra en el Café Nowoczesna, que estaba en la calle Nowolipki, en el mismo corazón del gueto de Varsovia. Para la época en que se cerraron las puertas del gueto, en noviembre de 1940, hacía tiempo que mi familia había vendido todo lo que podíamos vender, incluso nuestra más preciada pertenencia doméstica, el piano. La vida, por demás insignificante, me había obligado sin embargo a vencer mi apatía y buscar alguna forma de ganarme el sustento; gracias a Dios, había encontrado una. El trabajo me dejaba poco tiempo para cavilaciones, y la conciencia de que toda mi familia dependía de lo que yo ganara me ayudó a superar poco a poco mi anterior estado de amargura y desesperación."
Este libro autobiográfico nos cuenta la vida del autor que más abajo os relato junto con fragmentos del diario del capitán Hosenfeld que nos relata las impresiones de la ocupación desde el punto de vista de un alemán que no siempre comprende la situación que le toca vivir.

Szpilman es judío, nace en Sosniwiec, perteneciente al imperio ruso. Estudió música en Berlín y regresó a Varsovia donde se convertiría en un pianista y compositor afamado hasta la invasión de Varsovia en 1939, momento en que una bomba interrumpiría su interpretación del Nocturno en do sostenido de Chopin. Fue trasladado al Gueto de Varsovia y, mientras trabajaba como pianista, ayudó a la resistencia evitando a duras penas ser apresado por los alemanes. No lo consiguió por contra su familia, que fue trasladada en un tren de ganado a un campo de exterminio mientras el proseguía su vida intentando escapar a este fatal destino, adentrándose para ello en la parte aria de la ciudad ayudado por amigos polacos.Al final fue descubierto en su escondite por un oficial alemán quien, tras escuchar una interpretación de la Balada n1 de Chopin en un piano desafinado decidió perdonarlo la vida.
Terminada la ocupación nazi, volvería a la Radio Polaca interpretando el día de su regreso la misma canción que fuera interrumpida por la caída de la bomba. Después de eso, la vida pareció sonreírlo por fin y se pudo dedicar a la interpretación y composición dejando un legado de más de 500 canciones.






sábado, 22 de diciembre de 2012

Lang Lang abre en Varsovia los actos del bicentenario de Chopin




Un concierto del pianista chino Lang Lang abre hoy en la Filarmónica de Varsovia los actos de conmemoración del bicentenario del nacimiento del compositor polaco Frederic Chopin (Zelazowa Wola, 1810-París, 1849).
El virtuoso chino de 27 años interpretará varias piezas de Chopin junto con la Orquesta de la Filarmónica de Polonia, dirigida por Antoni Wit.
Lang Lang ha defendido en varias ocasiones que el concierto en F menor del célebre polaco es "una de las composiciones musicales más bonitas de todos los tiempos".
La actuación del pianista chino es el primero de más de 2.000 actos que, a lo largo de este año, recordarán el bicentenario de Chopin, hijo de un emigrado francés en Polonia y de una aristócrata polaca venida a menos.El punto central de la conmemoración será la inauguración, el próximo mes de marzo, de un museo dedicado al genio polaco, que será punto de partida de la llamada 'ruta de Chopin', en la que los aficionados a la música clásica podrán recorrer algunos de los lugares que sirvieron de inspiración al compositor.Aunque fallecido en París, el corazón de Frederic Chopin descansa por su expreso deseo en la iglesia de la Santa Cruz de Varsovia.



jueves, 20 de diciembre de 2012

Piotr Ilich Tchaikovsky - El Cascanueces (13r Movimiento)


El decimotercer movimiento es el más expresivo de todo el ballet. Empieza con arpegios del arpa y un solo de violonchelo, al que se une más tarde una flauta y luego un oboe, interpretando un unísono los tres instrumentos, junto con la orquestra de fondo. El oboe presenta otro tema, contestado por el clarinete bajo. La cuerda inicia un crescendo hasta llegar a lo más alto, cuando el viento-metal inicia el descenso. Luego un tema descendiente, con toda la orquestra, se repite varias veces aumentando su intensidad cada vez más hasta llegar a su máximo con los platillos. Pero entonces vuelve a bajar la intensidad con la cuerda, hasta un forte súbito del viento-metal, que inicia un crescendo cromático del viento madera y el arpa. Entonces se inicia la coda con la cuerda y luego el resto para acabar con cuatro golpes de toda la orquestra sobre un redoble de timbales.




El piano de Mozart regresa a Viena: El 'fortepiano' que tocó Mozart casi todos los días durante sus últimos nueve años de vida vuelve a su casa de la capital austriaca.



Wolfgang Amadeus Mozart compuso sus últimos conciertos con un piano, que ayer regresó a Viena por primera vez desde el fallecimiento del compositor, en 1791. El 'fortepiano' que tocó Mozart casi todos los días durante sus últimos nueve años de vida permanecerá en su antigua vivienda en Viena, actualmente un museo, durante las próximas dos semanas, al final de las cuales se celebrará un comercio con las obras del músico.


El famoso músico adquirió el instrumento a Anton Walter, el más célebre fabricante de pianos de Viena en su tiempo, en 1782, y con él compuso más de 50 obras para piano, la mayoría de ellas en su apartamento de Domgasse, en la capital austríaca. Tras el fallecimiento de Mozart, Constanze, su mujer, cedió el piano a su hijo mayor, Karl Thomas, quien lo donó posteriormente a la Asociación Musical de la Catedral y Mozarteum. El piano se exhibía permanentemente en la casa de la familia Mozart, en Salzburgo. "Resulta duro dejarlo ir", declaró a la prensa el director del Mozarteum Salzburg, Matthias Schulz. "Si no supiéramos que está en las mejores manos, no lo habríamos donado", sentenció.

El 'fortepiano' es mucho más pequeño y ligero que el piano moderno y su sonido es más fresco y brillante. El restaurador de pianos Josef Meingast, que ha estado cuidando el instrumento desde 1975, ha asegurado que éste es superior al resto de los 'fortepianos' de aquellas fechas que aún sobreviven o a cualquiera de sus copias. El pianista ruso Alexander Melnikov dará un concierto de Mozart en este 'fortepiano' el próximo 7 de noviembre. Dice que ha declarado que se siente un privilegiado por las "abrumadoras implicaciones emocionales de una experiencia como ésta".



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El Concierto de Año Nuevo 2013. La Filarmónica de Viena y Franz Welser-Möst


A lo largo de su historia de más de siete décadas, la orquesta ha sido dirigida por muchos de los más famosos directores y el concierto ha sido seguido por millones de personas a través de las transmisiones televisivas en más de setenta países. El distinguido director de orquesta austríaco Franz Welser-Möst regresa para dirigir el concierto de 2013 tras el éxito de su debut en 2011.


Como ha resaltado Clemens Hellsberg, el presidente de la Filarmónica de Viena, los aplausos que se granjeó Franz Welser-Möst por este acontecimiento en 2011 y su estrecha asociación con la vida musical de Viena como Director General Musical de la Ópera del Estado lo convierten en una elección natural para el puesto en 2013.

Durante décadas, la Orquesta Filarmónica de Viena ha presentado desde la Musikverein de Viena un programa anual entretenido y sentido de música procedente del amplio repertorio de la dinastía Strauss y sus contemporáneos.

La fórmula de probada eficacia combina clásicos muy conocidos y piezas que hasta ahora no se habían interpretado nunca en el Concierto de Año Nuevo, y el resultado es invariablemente tanto alegre como emocionante.

El programa seguirá siendo un secreto celosamente guardado hasta pocos días antes del acontecimiento, pero ya puede revelarse que en 2013 el concierto incluirá más estrenos que nunca en la historia y probablemente algunas sorpresas inesperadas.

Durante diez años Welser-Möst ha sido director musical de la Orquesta de Cleveland, con la que ha cimentado estrechas relaciones con el Carnegie Hall en Nueva York, la Musikverein en Viena y el Festival de Lucerna, además de presentar once estrenos mundiales y catorce estadounidenses.

En las últimas temporadas sus producciones plenamente escenificadas de las óperas de Mozart/Da Ponte han vuelto a consolidar a la Orquesta de Cleveland como una agrupación operística.

A pesar de todas sus conexiones internacionales, Welser-Möst es un austríaco que ha hecho las delicias del público de la Ópera del Estado de Viena con interpretaciones extremadamente bien recibidas del repertorio wagneriano, entre otros hitos destacados, y tiene una especial conexión personal con la música de la familia Strauss: una de sus bisabuelas era hija de la familia propietaria del Café Dommayer, de rancio abolengo en Viena, donde se estrenaron muchas obras de la dinastía Strauss y de Josef Lanner.

La tradición de la Filarmónica de Viena se remonta a 1842, cuando Otto Nicolai dirigió un Gran Concierto con todos los miembros del «Hof-Operntheater» imperial. Esta velada se llamó originalmente «Academia Filarmónica» y está considerada como el origen de la orquesta.

Desde su fundación la orquesta está gestionada por la comisión administrativa –un órgano elegido democráticamente– y funciona artística, organizativa y económicamente de forma autónoma.

Todas las decisiones se toman sobre una base democrática durante la reunión general de todos los miembros. Aquellos que tengan la suerte de estar presentes en la Musikverein de Viena y los públicos televisivos de todo el mundo tienen realmente algo que esperar con toda la ilusión según va acercándose el día de Año Nuevo de 2013.



domingo, 9 de diciembre de 2012