lunes, 3 de septiembre de 2012

Clara Wieck y Robert Schumann



La primera noticia de que Clara y Robert han establecido una relación la encontramos en el "cuaderno de noviazgo" de Schumann, donde se lee:


"Penosas despedidas: en noviembre de 1835, después del primer beso en la escalera de la casa de Wieck, cuando Clara se fue a Zwickau".

Robert tenía 25 años. Clara, de 16, emprendía viaje para dar otro concierto, esta vez sin música de Schumann, aun cuando éste acababa de componer ese año su pieza para piano más célebre: Carnaval.

El padre de Clara va a oponer una obstinada resistencia al noviazgo porque no quería que el matrimonio interrumpiera la prometedora carrera pianística de su hija, más aún si el pretendiente, si bien su mejor discípulo, asomaba recién como compositor en ciernes.

Friedrich Wieck va a llegar al extremo de enviar a su hija a Dresde prohibiéndole bajo amenaza cualquier contacto con Robert. Pero los enamorados hallarán la manera de comunicarse por carta con la ayuda de un discreto celestino hasta que Wieck logra enterarse de ello, tras lo cual exigirá a Schumann que abandone toda ilusión de una buena vez.

Son momentos difíciles. Robert cae en una profunda crisis emocional de la que sólo lo salvará la música. Grandes composiciones de su catálogo ven la luz el año 1837. Las Fantasiestücke es una de ellas. Se trata de un pequeño ciclo de 8 piezas breves, que se inicia con la bella melodía "Des Abends" (Atardecer), interpretada aquí por el maestro Arthur Rubinstein.

En agosto de ese año, Robert intentará aclarar su situación sentimental solicitando a Clara que se comprometa a entregar a Wieck una carta suya:

"¿Se mantiene usted fiel y firme? ... aun la confianza del más fuerte de los hombres titubea si no tiene noticias de lo que más ama en el mundo. Y eso es usted para mí... Contésteme un simple sí, si quiere entregar a su padre el dia en que usted cumple años una carta mía. Su padre... no me rechazará si usted misma intercede... No olvide ese sí ".



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