jueves, 25 de abril de 2013

La Octava Sinfonía de Beethoven vuelve en el juguetón Minuetto a la ligereza y luminosidad de sus inicios en el sinfonismo. Como contrapunto, suena "Luz radical", obra actual del compositor norteamericano Steven Stucky


La séptima entrega de “Beethoven Reloaded”, la serie de Deutsche Welle que contrasta el ciclo sinfónico del compositor de Bonn con obras de creadores actuales, lleva por título “Luz radical”. Especialmente ligera y luminosa es la Octava Sinfonía de Beethoven, que escucharemos completa en este capítulo. Luz radical, es también el título de una obra escrita en el siglo XXI por Steven Stucky. Con esta pieza del compositor norteamericano completamos el programa.  Con la Octava Sinfonía, Beethoven vuelve al espíritu de su primer acercamiento sinfónico, su fresca y juguetona Primera Sinfonía. Pero ahora nos encontramos ante un compositor maduro, que afronta los últimos lustros de su vida plenamente consagrado. En la Octava se permite una escritura extrema para los instrumentos, exigiendo a los músicos llegar al límite de sus capacidades físicas. Al mismo tiempo, crea fragmentos ligeros y alados, como el tercer movimiento de la obra, el encantador “Tempo di Minuetto”, donde vuelven los ecos del Haydn más lúdico.

Cuando la Octava se estrenó en 1814, el crítico de la influyente publicación Allgemeine Musikalische Zeitung aseguró que su acogida entre el público fue “tibia”, porque “tras la Séptima, una obra de gozosa belleza y gran dominio técnico, la consecuencia inevitable es una obra menos lograda”. Según él, el hecho de que la Octava sucediera a la Séptima fue un “error de cálculo” por parte de Beethoven.  Obra actual con reminiscencias de Wagner y Sibelius.

Completamos “Luz radical”, el séptimo capítulo de “Beethoven Reloaded” con una pieza escrita casi 200 años después que la Octava de Beethoven. El compositor de Luz radical es el norteamericano Steven Stucky, que ha concebido una obra que se inicia de forma misteriosa y después se vuelve brillante. También cuenta con pasajes elegíacos e incluso trágicos, así como reminiscencias de Wagner y Sibelius. Fue escrita en 2007 y, cuando se interpretó cinco años más tarde en el Festival Beethoven de Bonn, recibió una gran ovación.










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